Nuestro modelo más clasico es la encarnación de la funcionalidad y la estética, diseñada para ofrecer no solo una delimitación efectiva, sino también para embellecer el paisaje. Construida con pino nórdico de la más alta calidad, tratado en autoclave clase de uso IV para garantizar la máxima durabilidad y protección contra las inclemencias del tiempo, y respaldada por la certificación PEFC, esta valla es una inversión en belleza y sostenibilidad.
Los pilares de 9×9 cm con cabezas redondeadas aportan un toque de sofisticación, mientras que las duelas de 95×22 mm se disponen sobre rastreles traseros de 7×4,5 cm a dos alturas, creando un patrón abierto y acogedor con separaciones de 7 a 8 cm entre tablas. Esta estructura no solo proporciona seguridad sino que también permite la circulación del aire y una integración visual con el entorno.
Con una longitud de 2 metros por paño y una altura estándar de 100 cm desde el suelo, la convierten en una opción versátil para una amplia gama de aplicaciones. Se ofrece la posibilidad de personalizar la instalación con la extensión de las patas en 50 cm para una mayor estabilidad o mediante soportes de anclaje, adaptándose así a diferentes necesidades y terrenos.